¿Qué democracia? Dada la presencia de esclavos, la negativa de otorgar derechos Ciudadanos a las mujeres y la marginación de los extranjeros referirse a Atenas como una democracia es un peligroso error.
Una respuesta posible es que el legado importante que dejaron los atenienses no es el funcionamiento de la sociedad en su conjunto, sino el desarrollo de sus instituciones democráticas.
Es decir, no se trata de “admirar” a la sociedad griega, sino tan sólo de rescatar de ella el funcionamiento de entidades democráticas capaces de organizar la vida de varios miles de personas.
”Entre los iroqueses no hay esclavos, y por regla general, tampoco se da el sojuzgamiento de tribus extrañas”, sostiene Engels. Sin embargo, esta mirada idealista parece no coincidir completamente con la realidad.
Janet Biehl, investigadora del Institute for Social Ecology –favorable al reconocimiento del aporte de la cultura iroquesa- señala que cuando los iroqueses tomaban prisioneros como resultado de la guerra, tenían las siguientes opciones:
1. Los incorporaban en forma temporaria o permanente a su sociedad, adoptándolos.
2. Los torturaban y los mataban (usualmente de manera muy dolorosa). Los testimonios acerca de las torturas entre los iroqueses abundan, e inclusive ese hecho es reconocido en escritos de Benjamín Franklin.
3. Los mantenían cautivos, sin adoptarlos, y los utilizaban para ciertos trabajos forzados, lo cual era una forma de esclavitud, practicada mayoritariamente con anterioridad a 1670. De cualquier forma, este tipo de esclavitud estaba muy lejos de ser practicada con la asiduidad y la escala de los griegos.
En cuanto a los extranjeros, como se vio anteriormente, los iroqueses contemplaban la adopción de personas pertenecientes a otras tribus, las cuales podían asumir el lugar que las personas fallecidas ocupaban dentro de la línea de sangre.
Entre los griegos, la negativa a otorgar derechos de ciudadanía a los extranjeros fue circunstancial y tuvo lugar especialmente en el período posterior al año 450, cuando Pericles estableció que sólo los hombres cuyos dos padres eran ateniense podrían ser ciudadanos. Sin embargo, si nos remontamos en el tiempo, cuando Clístenes produjo el cambio de un concepto de ciudadanía tribal a un concepto de ciudadanía residencial, ese cambio le otorgó derechos de ciudadanos a numerosos extranjeros. A mediados del siglo V AC,un extranjero residente en Atenas tenía escasos obstáculos para obtener la ciudadanía, especialmente si se casaba con una mujer ateniense”, sostiene Biehl. “La ciudadanía se otorgaba sin cuestionamientos a los hijos de hombres atenienses, aún cuando la madre no lo fuera. El hijo de un ciudadano y una esclava también podía ser ciudadano.
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